La denominación Enfermedad Inflamatoria Intestinal, que se abrevia frecuentemente como EII, se emplea para referirse a una serie de problemas que afectan predominantemente al intestino, y que se caracterizan porque producen una inflamación crónica, que no tiend a la curación. Agrupa varias enfermedades, pero sobre todo la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa. Además, algunas personas en las que no está claro si padecen un u otra de estas dos, se las diagnostica de Colitis Indeterminada. Dentro de la enfermedad inflamatoria intestinal, otros autores incluyen otras enfermedades diferentes, pero son estas tres las que habitualmente consideramos realmente como parte de este grupo.
En estas enfermedades la causa de los síntomas es la inflamación de parte del tubo digestivo. Las características y localización de la inflamación varían dependiendo de la enfermedad de que se trate. Tanto las características como la localización también difieren de una persona a otra, pero en menor medida que la variación existente entre las dos enfermedades.
Tanto la Enfermedad de Crohn, la Colitis Ulcerosa como la Colitis Indeterminada son enfermedades crónicas . Algunos pacientes tienen períodos de actividad nula de la enfermedad (remisión) que alternan con períodos de actividad (brote), mientras que otros pacientes requieren un tratamiento constante con medicamentos anti-inflamatorios y nunca alcanzan una remisión completa.
La gravedad de los síntomas también varía considerablemente de unas personas a otras: algunas sólo experimentan síntomas leves mientras que otros tienen síntomas graves e incapacitantes. En algunos casos los síntomas se experimentan de forma gradual mientras que en otros aparecen de forma repentina. Alrededor de la mitad de los pacientes tienen síntomas leves y la otra mitad sufren brotes frecuentemente. La medicina aún no ha descubierto ni la causa ni la cura, pero hay disponibles numerosos medicamentos que permiten controlar los síntomas.
Diferencias entre Crohn y colitis ulcerosa
La principal diferencia es la zona de afectación.
Todavía no se ha encontrado la causa aunque se sabe que son enfermedades autoinmunes y, por el momento, no son curables.
Causa de la E.I.I.
Intentar encontrar las causas que expliquen el origen de las diferentes variantes de la EII ha sido (y es) el objetivo del trabajo de muchos científicos durante muchos años. No hay una sola causa que explique el origen de estas enfermedades.
Sí sabemos que quizá sea una conjunción de múltiples factores la que cause la enfermedad. Se ha buscado algún microorganismo como agente causal, sin haberse encontrado ninguno clara y directamente relacionado con la génesis de estas patologías. Tampoco los factores medioambientales nos han ofrecido un único elemento al que podamos culpar de la aparición de estas enfermedades.
Genes de susceptibilidad
La EII se ha relacionado con múltiples genes de susceptibilidad (genes que si están presentes determinan un riesgo mayor de tener la enfermedad). Alguno de ellos son comunes a las dos entidades y otros lo hacen de forma independiente; así mismo, parece que hay otros genes relacionados con la gravedad y la extensión de la inflamación.
En la actualidad no se puede explicar el origen de la enfermedad por la existencia de un solo gen alterado; los factores genéticos son múltiples y actúan a distintos niveles.
Factores inmunológicos
La teoría intenta explicar el origen de estas enfermedades de la siguiente manera: un posible agresor microbiano (intestinal), activa a las células inmunes de nuestro intestino, y estas células desencadenan una respuesta defensiva. El problema surge porque los pacientes con EII se caracterizarían por sus respuestas inmunes exageradas, y en vez de eliminar al agresor, y luego quedarse tan tranquilas, se dedicarían a mantener una defensa perpetua en el intestino, o lo que es lo mismo, un estado de inflamación que sería lo que a la larga más perjudicaría al enfermo.
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Mycobacterium paratuberculosis
Los datos más recientes acerca de la posible relación entre un microbio (Mycobacterium paratuberculosis) y la EC son contradictorios. Algunos autores han encontrado muestras de dicho “bichito” en el intestino de las personas enfermas de EC, pero otros no han encontrado ni el mínimo resto de dicho bicho en ninguna de las muestras analizadas.